Silvio Berlusconi

Aznar y Agag legitimaron a Berlusconi entre la derecha europea. Berlusconi necesitaba ingresar en el PPE para borrar su imagen de empresario corrupto metido en política para evitar la cárcel. Necesitaba con urgencia entrar en el PPE para ser respetado entre los conservadores europeos, alzarse sobre la atomizada derecha italiana y ganar las elecciones. La estrategia para su ingreso la marcó Agag. Durante un viaje a Milán en marzo de 1999, invitado por Il Cavaliere, con derbi de fútbol incluido en San Siro entre el Inter y el Milán (propiedad de Berlusconi) y posterior cena en su apartamento milanés, formalizaron el pacto. Y sellaron su amistad. "Se dieron cuenta de que eran iguales", dice un conocido de ambos. "Y se hicieron íntimos".
El culmen de la reunión de intereses fue la Boda Escurialense, en donde el entonces Presidente Italiano fue testigo del yernísimo.

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